domingo, 15 de mayo de 2011

Capítulo 22: Propuesta de Matrimonio Parte 2

-No lo sé-me limité a decir, me encogí de hombros y voltee velozmente a verlo antes de seguir mirando al frente
-¿Estás nervioso cierto?-dijo con una sonrisa
-Si, creo
-No te preocupes, conociendo a mi cuñada, le parecerá tierno
-¿Y si digo una estupidez?-dije preocupado, apretando con fuerza el volante de nervios
-No lo harás, además, a como es ella, le parecerá lindo lo que sea que le digas
-Ok, gracias hermano
-de nada, todo saldrá bien lo sé
Seguí conduciendo hasta el centro comercial, bajamos y caminamos hacia la puerta, entramos y comencé a caminar nervioso hasta la joyería, cuando lelgué comencé a ver los anillos de compromiso, estaba súper nervioso, Tom estaba a un lado mío y solo miraba los anillos
-¿cual crees que le guste a Adi?
-Yo que se!
Seguí viendo de pronto, uno de ellos llamó mi atención, era de oro blanco con un diamante incrustado en él


-Ese
-¬¬¿Cuál de todos-preguntó Tom
-Tonto, el de oro blanco de allá
-Wow es lindo
Llamamos a la vendedora y le pedí el anillo, la chica lo metió en una cajita con un pequeño moño clanco en ella, me lo dió, lo pagué y salimos. volvimos a mi camioneta y conduje a la casa de Adi. Conforme nos acercábamos, mis nervios aumentaban. Llegamos a la casa de Adi y estacioné mi camioneta, nos quedamos dentro por un momento, sentía mariposas en el estómago
-Todo va a salir bien hermano-dijo Tom dándome palmadas en el hombro
-Eso espero-dije apretando con fuerza el volante de todos los nervios que sentía

Bajamos del auto y caminamos a la casa de Adi, estaba muerto de nervios, ni siquiera tenía los animos para tocar el timbre, Tom solo me miraba, tocó el timbre al ver que yo no lo hacía, momentos después abrió Hill, al verla, Tom sonrió, pues ella llevaba un vestido muy lindo, Tom la saludó y entró, la saludé como mis nervios me lo permitieron y entré detrás de Tom, se sentó y yo me senté en el sillón de al lado aún pensando en como se lo diría a Adi, estaba súper nervioso, en mi mento solo pensaba en las muchas maneras de meter la pata, ninguna buena idea para decire
-Hola amor-dijo Adi bajando por la escalera
¡Oh nein! ahora sí estoy nervioso, se veia hermosa y no se me ocurría nada inteligente para decirle...me había quedado mudo...¿Qué le digo?
-Am...h...hola...a...mor-dije con la voz algo temblorosa y débil
-Te ves guapísimo-dijo dándome un beso en los labios
-G...Gracias-dije en un susurro
-¿qué tienes?-preguntó sentándose a mi lado
-Está nervioso-dijo Tom que estaba abrazando a Hill
-Aww...¿Por qué
En ese momento todos nos quedamos callados, Tom se quedó mudo porque sabía que había metido la pata, y pensaba una buena mentira para decirle a Adi, ya que yo seguía mudo, pensando en mi propuesta, en mi regazo tenía mi saco, con el dedo índice de mi mano derecha hacía círculos en él y con la mano izquierda sostenía firmemente la pequeña caja con el moño blanco que contenía el principal motivo de esta cita.
-...¡BILL!
-Lo siento Adi, ¿Me hablabas?-dije con la voz lo más normal que pude
-Si, ¿Ya nos vamos?
-Oh si-dije colgando el saco de mi brazo y poniéndome de pié
-Llegó la hora hermano-me susurró Tom al oido cuando pasó a un lado mío
-Bien, vámonos-dijo Adi emocionada
Salimos de la casa y nos montamos en mi camioneta, Tom y Hill se subieron en el asiento trasero y Adalia se subió en el asiento del copiloto a mi lado. en el camino Hill y Tom se iban besando apasionadamente, lo cual Adi y yo tratábamos de ignorar...sobre todoyo, que ni siquiera les prestaba atención, mi mente estaba en el volante y en el anillo del bolsillo de mi saco a la vez. Una vez que llegamos al restaurante estacioné la camioneta y bajamos Adi y yo, me puse mi saco y comenzamos a caminar al Restaurante, pero Adi y yo nos devolvimos al darnos cuenta de que Tom y Hill seguían en el auto, abrí la puerta trasera del lado del copiloto y estaban Hill y Tom quitándose el labial de Hill de la cara con una servilleta, riéndose a carcajadas uno de otro, una vez que terminaron bajaron y apreté el botón del control que estaba colgando de las llaves de la camioneta, caminamos al restaurante y Tom y Hill no dejaban de reir. Llegamos al restaurante y mis nervios estaban a tope por el simple hecho de recordar lo que iba a hacer ahí.
-Buenas tardes, bienvenidos, ¿Tienen reservación?
-Si, 2, para dos personas cada una-dijo Tom sonriente pues dabía que yo estaba mudo por los nervios, de mi boca no pidía salir una sola palabra
-¿A qué nombre?
-Las dos están a nombre de la pareja Kaulitz-contestó Tom
-Ah si, aquí está, pasen por aquí-la mesera nos dirigió a un par de mesas, separadas por un pasillo-aquí están sus dos mesas
-Gracias señorita-dijeron todos excepto yo, que mi lengua estaba carcomida por los nervios, no articulaba una sola palabra.

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