jueves, 23 de junio de 2011

Capítulo 31: El traidor y su culpa

-¿sobre que?-pregunté con la voz quebradiza y fría, y sin mirarla a la cara
-Sobre lo que pasó anoche-dijo con tristeza
-No necesito que me digas lo que pasó
-Lo sé, Hill te lo contó todo
-No yo lo vi-se sorprendió con mi respuesta, y era obvio, pues ellos no se percataron de que yo los había visto-solo que como Tom y tu estaban algo “ocupados, decidí no molestarlos, así que simplemente salí sin hacer un solo ruido
-Bill, te suplico que me perdones-las lágrimas se hicieron presentes en su angelical cara, a lo cual no iba a caer como idiota, tenía que percatarme de que su respuesta era sincera, aunque se notara a través de esos ojos azules
-¿Y porqué tendría que hacerlo?-POR QUE SOY TAN IDIOTA, YA EMPECE A LLORAR, SOY UN MALDITO SENSIBLE
-Por que te amo-en ese momento contuve un “aww”, se suponía que no iba a perdonarla tan fácilmente
-¿Y cómo voy a saber si en realidad me amas? Después de lo que me hiciste
-¿Y ahora no crees en mí?-me dijo algo molesta
-Has perdido toda la confianza que tenía en ti
-Pero…-la corté
-Demuéstrame que debo confiar en ti
Se acercó a mí y di un paso atrás
-No de esa forma-le dije
-¿Entonces como?
-Piensa
Me di la media vuelta y salí de mi habitación con rumbo al patio trasero a jugar con mis perros, me hacía falta distraerme un poco, aunque era imposible no dejar de pensar en ella, lo único que quería era que me explicara el por qué, nunca lo hizo, era lo único que quería que me dijera, si me hubiera dicho el por qué, lo que fuera que fuese, hubiera corrido arrepentido a sus brazos y la hubiera perdonado, le habría dicho que la amaba y que… ¡otra vez! Es molesto ser un sensible, había llorado de nuevo, de pronto llegó Tom y se sentó a mi lado en el pasto, contenía las ganas de romperle la cara, pero me contuve y me distraje en lo que hacía un momento antes de que él apareciera, rascarle la panza a uno de mis perros
-Bill
-¿Qué?-le dije cortante
-Perdónala, no fue su culpa-me dijo suplicante, lo cual se escuchaba extraño en él
-¿Cómo que no fue su culpa?-le pregunté confundido
-No, yo la seduje aprovechando que estaba ebria, sola y perdida, enójate conmigo, si quieres golpéame, pero no quiero verlos a ustedes dos separados por mi cul…¡AAAHHH!
Le había pegado un puñetazo en la cara, no sé de donde saqué la fuerza para golpearlo tan fuerte, pero su labio sangraba y el se tapaba la boca, un lágrima recorría su mejilla y con eso me di cuenta de que le había pegado fuerte, me tapé la boca y al notarlo me dijo
-Ok, creo que…¡Auch!...eso me lo merecía
-Si…eso creo-dije mirando a mi perro, que se había quedado dormido acurrucado a un lado mío
-Ahora, ve y dile lo que verdaderamente sientes
Me levanté y entré a la casa, corrí escaleras arriba y abrí la puerta de mi habitación, Adi lloraba en silencio sentada al pié de la cama, me acerqué a ella y me miró desconcertada, acerqué mi cara a la suya y la besé...fue en realidad un beso corto, me deparé de ella y me miró confundida, cuando nos separamos:
-¿Porqué lo hiciste?-me preguntó
-¿Acaso no lo entiendes? Es mucho lo que te amo como para poder estar enfadado contigo-le dije sonriendo tiernamente
-Pero…hace un momento estabas molesto
-Si, pero hablé con Tom, y me explicó lo que pasó, y me suplicó que te perdonara
-¿Tom?
-Si, me dijo que no quería vernos separados por su culpa-le dije secando sus lágrimas con ternura, clásico en mí, no me gustaba verla llorar
-Que tierno de su parte-Dijo Adi, extrañaba llamarla así, me senté a su lado y la miré con ese amor que le tenía y que había escondido todo lo que iba de la mañana
En ese momento llegó Hill, abrió la puerta de par en par y entró gritando:
-¡¡WILLIAM KAULITZ TRÜMPER!!
-¿Quién es William?-pregunté inocentemente con una sonrisa
-¡TU!
-No, yo me llamo Bill, no William-le dije indicando el “Bill” con el dedo índice
-Ok ¬¬, entonces…¡¡BILL KAULITZ TRÜMPER!!-me gritó
-¿Mande?-pregunté aún con ese tono inocente
-¿Porqué lo hiciste?-me dijo enfadada
-¿Hacer que?-pregunté esperando el momento en el que se desesperara y me gritara de nuevo, me aguantaba la risa pues se veía graciosa enojada
-Golpearlo-dijo soltando un bufido, más desesperada
-¿A quien?-le desesperaban mis preguntas idiotas cada vez más
-¡¡A TOM IMBECIL!!
En ese momento en lugar de molestarme me reí de ella, la había desesperado, Tom entró con una bolsa de hielo en el labio que estaba hinchado y Adi miró a Tom boquiabierta
-¿Golpeaste a Tom?-preguntó con los ojos como platos
-Si, pero se lo merecía-dije mirado a Tom que estaba parado al lado de Hill
-¡¿Estas loco?!¡¿Cómo que se lo merecía?!-dijo Hill que estaba que echaba humo

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